Pleitesía a la guitarra. Roundboom

Pleitesía a ti, guitarra. - Roundboom.blog

Discúlpame si te hablo de tú, gran arma de dulce sonido para componer, anticipo de la aurora al amanecer, artillería para cualquier instrumentista, el sueño de cualquier lutier, superviviente sin cesar al caos del sistema, un reto al sol al atardecer.

Al sentirte, con el trémolo tiembla mi sentimiento, se abruma el corazón, a veces frío 

con el flamenco, el blues grita más fuerte, el rock gana fuerza y devoción. 

Eres clásica, rumbera, flamenca, ganas autoridad con un plus de energía conectada transformándote en eléctrica.

Sofisticada construcción de amplia gama, ya seas de nogal, palisandro, abeto, haya 

fresno, no cambia tu presencia, siempre con el mismo fondo de un arca que en el océano surcaría los mares y navegaría.

Acaricias con tus cuerdas mis dedos. Consuelo para el pobre, capricho para los más 
afortunados, siempre es grato y una suerte saber un poquito de música, tenerte entre manos. 

Ha llovido mucho. Estamos inundados de romanticismo. Durante todo este tiempo, 
tantos géneros y estilos han pasado en tu historia a gran escala a través de tus
generosos trastes con acordes ya hoy en día fusionados al máximo hasta acabar enlazados.

En estos últimos setenta años, por grandes como Leo, has sido inventada, a tu ritmo creando, compitiendo entre Gibson y Fender, más de un millón de veces patentada.

Todos los que te idolatraron, te añadieron más renombre con sus alabanzas. Por citar algunos pocos Clapton, Dylan, Page, Mc Cartney, Santana. O leyendas que ya no están, Chuck Berry, Cohen, Paco, o bien por otras causas como Prince, Cobain, 
Hendrix, etc... 
Olvidándome prácticamente a casi todos de nombrar.
 
Los padres, madres, también por supuesto reyes, reinas, y hasta el jefe han dependido de tu linaje.

Fuiste, eres y serás, foco de atención en los escenarios, protagonista de cualquier
 centenario.
  
Sin tu compás las plazas no serían las mismas, ni pasear en las antiguas calles de ciudades o pueblos, no sería igual ni parecido sentarse en una silla, cualquier recóndito rincón, eres culpable de que abunde el salero. 
Te hablo de tú ya que al estar siempre a mi lado he cogido cierta confianza.
Compañera de viaje, presente en la buenaventura y flaqueza, bien relajada está mi alma al sentir las melodías que emanan de tu grandeza, como si de agua pura,
fresca y clara de un manantial se tratase.
Con tus materiales nobles siempre entretenido contigo jugando, aprendiz de tu brujería interminable, practicando y descubriendo una parte de esa magia infinita.
Al interpretarte enfatizas la escritura y los audiovisuales avivas, provocas ilusión a
raudales, magnificas el arte.

Este es mi sencillo homenaje, hablando un poco de mí, hay motivos de porqué en un 
armario te olvidé, pero más los hay cuando te volví a encontrar y juntos emprendimos aquellos largos viajes hasta día de hoy vigentes. Alegras mi soledad, 
iluminas en la oscuridad. Amortizan mi espíritu los recuerdos de momentos que 
pasamos, de bohemia y melancolía, risas y llantos.
A ti guitarra,  esta es mi humilde admiración, hasta ahora un
simple esbozo en tu honor, de todo lo que podía haber narrado esto es tan sólo un pequeño fragmento, es pleitesía en un boceto.

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